Tengo 22 años, así que no vengo a contarles una gran trayectoria en videojuegos; tampoco a decir que he jugado todos los títulos habidos y por haber.
Este post está dedicado a todo aquello que los videojuegos me han regalado. Que me han hecho crecer y, cómo no, épocas no tan buenas.
En mi casa nunca faltó el pan, el calor familiar y los videojuegos. Si, lo videojuegos. Hija de un informático y apasionado jugador de arcadias, los videojuegos nunca fueron un elemento desconocido para mi.
En casa no faltaba una buena PC y consolas...(Me acuerdo de la Pentium II y Pentium III)
No estoy segura de cual fue mi primer videojuego. Lo primero que viene a mi memoria es un juego de unos dinosaurios que lanzaban burbujas. Jajajaja... Años después cuando sabía leer supe que se llamaba Bubble Bobble.
En casa estuvo la NES y la SNES. No voy a venir a darme golpes diciendo "AAHHH, LA ÉPOCA DORADA" porque estaba muy pequeña y no era consciente o, mejor dicho, no tenía la edad para apreciar la obra que estaba ante mi. De hecho, los mejores recuerdos que tengo de la SNES es cuando mi papá llegaba de trabajar y nos sentábamos a jugar.
Títulos como Street Fighter II y III, SF Alpha 2, Mortal Kombat... así como juegos cooperativos que abundaban en aquellos años.
De igual forma llegué a jugar en Arcadias. Mi papá trabajaba en un local y a veces, cuando mi madre no podía ir por mi al jardín de niños ahí estaba mi papá, me iba a buscar y en la arcadia me quedaba... :´)
También en la PC invertía tiempo en distintos juegos, desde plataformas hasta juegos educativos que me enseñaron aritmética básica.
Pero donde comencé a jugar como tal, con ese ánimo de querer seguir en el juego, de ver que hay más allá y que secretos se ocultan fue en la época del N64. Mágica consola con juegos que se quedarán en mi memoria para siempre.
El primer juego con el que me clavé fue con Diddy Kong Racing. En su modo de aventura fue un verdadero vicio. Conseguir el primer lugar, las monedas... ¡Dios! De verdad ese juego me puso al límite. Hay otros cartuchos que marcaron mi época de 64, pero el otro que se lleva el premio es Resident Evil 2, juego que venía de viciarme en la PC pero como nunca conseguí el CD de Claire lo terminé de completar en esta consola. A partir de aquí me hice fanática de la franquicia y me apasioné por buscar las diferentes versiones para distintas plataformas con el fin de buscar y experimentar por mi misma el contenido especial o exclusivo disponible. Si bien estoy muy acostumbrada a jugar en computadoras, no quiere decir que margine las consolas y mucho menos vivo apegada a una sola, aunque como está la industria actualmente, hay que ser sabios en qué invertir: calidad y diversión vs HD básicamente.
A parti de aquí, dediqué (y sigo dedicando) bastante tiempo a esta pasión. Me ha dejado muy gratas experiencias; he pasado momentos difíciles en los cuales los videojuegos me han acompañado y ayudado a calmarme y pensar de manera serena y centrada; los mejores momentos que he compartido con mi padre ha sido enfrente de una pantalla de TV o enfrente de un monitor.
También he conocido amistades de primera, incluso personas que considero mis hermanos, gracias a esta pasión que tenemos en común. Incluso he podido conocer una verdadera comunidad que se mantiene en pie y con la mejor actitud ante la escena actual de los videojuegos que no está pasando por su mejor momento, cabe aclarar (la escena actual llena de trolleo, críticas... Etc): esta comunidad se llama El Templo del Tiempo, una comunidad cuya fuente está en México pero que ha roto barreras geográficas y prácticamente es una mezcla de verdaderos apasionados pr los videojuegos de todas partes de Latinoamérica.
En una entrada pasada comentaba que había partido alguien muy cercano a mi; bueno, la pasión por los videojuegos me hace sentir como si ella aún estuviera físicamente conmigo, jugando, disfrutando, riendo y, por supuesto, llorando.
Aunque no todo ha sido color de rosa: también he pasado momentos oscuros con los videojuegos o mejor dicho, momentos que he tenido que enfrentar por defender mi pasión; momentos que no fueron los mejores, pero ya hablaré de ello en otro post.
Hasta la próxima entrada ¡Muchas gracias por leer!